Hace mucho en lo más profundo de mi ser sabía que en mis entrañas existía un árbol que crecía se desarrollaba pero no era ni maduro, ni tampoco suficientemente fuerte para dar frutos...le faltaba crecer...desarrollarse...crecio y crecio y dio tres hermosos frutos cuando fué el momento apropiado cuando albergaría los frutos de su amor y dió tres hermosos frutos...con toda la alegría con todo el amor acogí esos frutos de amor...muchas veces saben a dulce, a veces no a tan dulce pero en fín son la delicia de mi corazón, a quienes muchas veces sano sus heridas, otras muchas apoyo en el aprender de su desarrollo, a veces impacientan mi ser..pero en fín son un regalo de Dios para mi vida..son mis hijos...frutos de mi vientre...a quienes deseo ver crecer como árbol propio, anclados a sus propias raíces como robles frondosos que den sombra a otros frutos tanto propios como de otros...sean seres extraordinarios de bién...sirvan a su creador..vivan para el que los forjó...hoy mi árbol ya no tiene frutos ni más para dar...solo mira crecer aquellos frutos convertirse en semillas que alvergaran otros árboles dentro de sus entrañas...se que serán hermosos, sabios, de éxito, prudentes, prósperos...lo sé porque mi Dios los creó...
DESEO QUE DES FRUTOS, QUE NO TE ARREPIENTAS NUNCA DE CUIDARLOS Y GUARDARLOS, QUE VIVAS PARA QUE NUESTRO MUNDO TENGA ARBOLES QUE HAGAN LA DIFERENCIA CON BUENOS FRUTOS SANOS, SALUDABLES, EN MEDIO DE TANTO ARBOL CON FRUTOS PODRIDOS.
Por...
Cristina Hidalgo de Marroquín
0 comentarios:
Publicar un comentario
Déjame tus comentarios.