Hace unos días no pude salir con el refrigerio de mi hija, tenía que ir a dejarla al colegio por lo que le dije que posteriormente se lo iría a dejar para el momento que a ella le toca ingerirlo entre ocho treinta y nueve de la mañana, me encontraba muy contenta porque le haría un desayuno nutritivo, se lo lleve en su plato lo cubrí con papel aluminio, le puse sus cubiertos y puse una taza de atol con leche de banano, bueno me dije por fin mi hija va a tener un buen desayuno, ya que el refrigerio normal que a ella le gusta no lo considero tan nutritivo para ella, bueno en fin la fui a recoger y me dio las gracias; nuevamente me toco dejarla antes para que estuviera a tiempo y le dije después te llevo el refrigerio queres otra vez en tu plato el desayuno y me dijo no mamía, no quiero que me lleves así el refrigerio, llevame dos panes con frijoles aplastados, una galleta y leche pero no en vaso sino en el termo, porque le dije, no te gusto el desayuno, si mami si me gusto, replico la niña, pero es que me da pena que me lo lleves en el plato, quiero como mis otros compañeros... esto me hizo pensar en algo, si así nos ha pasado a todos, por sentirnos como los demás nos ha dado penita algo que nuestros papás han hecho por nosotros, hoy me tocó a mí, no se cuando le va empezar a dar pena porque la bese en público que espero que no suceda nunca pero se que puede llegar a pasar, así somos todos, nos da pena el mostrarnos a los demás, el decirles que creemos en Dios y somos felices creyendo en El, a veces resulta más cómodo presumir lo mal que te portas, que tan buen bebedor de birrias eres, o cuantas veces hemos hecho algo que no debemos... si cuando se nos habla de algo importante es más fácil decir no me agrada, o hacer caso omiso, porque es mejor parecer ser como todos que ser diferente a los demás aunque parezcamos "raros", que bueno es saber que tenemos dentro al Espíritu Santo para recordarnos lo que hacemos mal, a mí me paso en una actividad de uno de mis hijos, pase todo ese día trabajando y hubo una señora que la traía en mi mente mas masacrada que a saber quien, debido a ciertas actitudes de la misma señora, le decía en mi mente un montón de cosas, hasta culebra le dije en mis pensamientos más profundos que era, total fue un día que no hubo paz por cosas que la veía hacer... no somos perfectos... para nada pero al final del día ese mismo Espíritu Santo no me dejó en paz hasta que doblé rodillas y le pedí perdón a Dios por mi actitud, así podría decir una serie de cosas de las que no me siento orgullosa, pero creo firmemente en algo...el no avergonzarme de la fe que profeso, del Dios en el que creo, me hace en medio de muchas acciones el arrepentirme de hacerlo y mejor optar por alejarme de las situaciones que se que no le agradan al Dios que me ama tanto...cuesta pero ...no hay que avergonzarse...muchas veces el viejo hombre quiere salir... pero para eso esta la misericordia, y ese Espíritu que nos esta diciendo que no estamos haciendo lo correcto... no hay que hacer cosas malas que parezcan buenas... ni hacer cosas "buenas" que se ven como malas... hay que escuchar la voz de Dios que es nuestra conciencia... y encausarnos a hacer lo posible de portarnos bien... porque con nuestras mentes podemos matar, no es necesario hacerlo materialmente, ya no se diga con nuestras acciones... es bueno pensar que vamos camino a la perfección pero solo en Jesús podemos ser mejores personas, nosotros solos únicamente cometemos más errores... que bueno que hemos sido justificados...
Es el amor de Dios en nuestras vidas el que nos hace ser mejores, compasivos, misericordiosos... sin ese amor no se que en lugar estaríamos, ni que fuera de nosostros... Recibe un poco de ese amor este día, solo así con El dentro nuestro podemos ser mejores...
...Por
...Cristina Hidalgo de Marroquín.
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