gotitas de vivencia...
Un día de éstos me encontraba en la cocina preparando el almuerzo para mis hijos, les hacía tortitas de papas, arroz y ensaldada, con un refresco de jocote que ahorita se encuentra de fruta de temporada, pues bién los que cocinamos sabemos que la cocina es algo de ingredientes, no es lo que prepare, sino como lo prepare...
La cocina es un mundo de ingredientes, al cocinar tomamos los ingredientes según el platillo que preparemos, pero lo importante de esto es que sepamos trabajar la sazón de lo que hacemos, así que mientras yo hacía el almuerzo de mis hijos ya había preparado la ensalada, hecho el arroz y le daba la sazón a la preparación para las tortas de papas.
Los ingredientes son sencillos una libra de papas cocidas previamente peladas y con una pizca de sal, cebolla finamente picada, una libra de quesillo, unas gotas de aceite de oliva, cilantro finamente picado y una cucharadita pequeña de orégano seco, mientras lo hacía confundí dos ingredientes y en lugar de orégano le puse ajenjo cuya forma es igual, no la olí simplemente la deje ir...
Como era de esperarse el ajenjo es amargo, me hecho a perder la preparación que hice y lo que es peor no probé la preparación y siempre lo hago al final las puse a freir en aceite, el resultado fué que las hojas de ajenjo salió en la mayoría de tortitas y su sabor fue amargo, no el sabor que suele tener...
Pensé para mi pasa lo mismo con nuestra vida, así como es la preparación en todo lo que hacemos, muchas veces podemos llenarnos de todos los ingredientes que necesitamos para preparanos para cualquier cosa que trabajemos en la vida: buena disposición, deseo de concluir la tarea, llenarnos de positivismo y creer que lo haremos, pero que tal si permitimos que ese ingrediente que entro en mi preparción en la cocina entre a nuestras vidas el ajenjo o amargura, esto hace que todo lo que hemos trabajado en nosotros mismos arruine la preparación que hayamos tenido...
Pues que preparación tenemos, de que ingredientes en nuestra vida nos llenamos para trabajar, que es lo que nos motiva, el aplauso, el que nos vean, el ser famoso? o en verdad nos llenamos de ingredientes como la paz, el gozo, la dulzura, el amor, el compartir, el darnos a los demás, y con pasión que los demás conozcan, al Cristo que nosotros si...
Llenemonos pues de ingredientes que hagan que nuestro toque sea digno de ser degustado por el Señor y no solo por el sino por todos, llenemos nuestra vida de El de Cristo, para que así podamos tener no solo el sabor apropiado sino el olor a El, que su presencia pueda ser percibida, vista y olida en nuestra vida, que la fragancia una vez preparados sea a El y que todos esten deseosos de querer comer lo que demos de nosotros porque no será nuestra preparación sino el sabor de Cristo en la vida de cada uno de los que lo permitamos...
Tu decides y eres el único que puede elegir, si prepararte para el, o prepararte para ti mismo y dar solo lo que te conviene, o quedar con un ingrediente que no esté adecuada a la sazón que Dios desea des de tu vida...
Bendiciones en Cristo Jesús...
...Por
...Cristina Hidalgo de Marroquín
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