La noche tiene esa peculiaridad...

De buscar la voz interior...y reposar...

Es en la noche... cuando el silencio rodea tu lugar, justo el momento antes de reposar tu cuerpo, cuando tu espíritu puede reposar... encontrar descanso y buscar ordenar tus pasos, ordenar tu mente, ordenar tu vida... es callando, para escuchar la voz en tu interior que te ordene lo que debes hacer, es alejándote de lo que no te da paz, es alejándote de lo que no te hace feliz...cuando encontraras el silencio y encontraras lo que tu alma anhela... busquemos llevar al mundo por caminos distintos a los que lleva, tenemos que llenar de esperanza muchas vidas que no lo tienen, transmitamos valores de vida a los demás... seamos instrumentos para el bien de muchos... pero eso se logra llenando el espíritu de cosas buenas, alegres, agradables... tenemos que aquietar nuestro espíritu en esas aguas, generalmente es en el silencio de la noche, cuando mi alma llega a esos lugares, busco tocar el cielo con mi alma entera... porque mi pasión de vida es bajar el cielo a la tierra, que todas las personas beban de ese manantial de agua que quita mi sed... quiero compartir esa agua, que es la única que me ha saciado y me lleva a dimensiones diferentes, la noche tiene esa peculiaridad, nosotros debemos buscar descansar nuestro espíritu aquietando nuestra mente... reposando en los brazos del eterno que tiene el control de nuestras vidas...la noche ... el día... a cualquier hora siempre llenemos nuestra mente de cosas bellas para que sea eso lo que salga de nuestro interior y los demás sean llenados de la misma paz, pureza y hablemos siempre palabras positivas, que edifiquen y no destruyamos vidas, porque en nuestras mano esta el poder de construir y de destruir, pero sepamos que cada cosa negativa que ingresamos a nuestro cuerpo, a nuestra mente a nuestro espíritu es la medida de enfermedad, angustia y falta de paz... por eso ingresemos a nuestro interior pureza de lo alto, llenemonos de palabras positivas de esperanza y de bendición... seamos fieles a ese amor que recibimos de lo alto...

...Por
...Cristina Hidalgo de Marroquín