ACASO HAY UN PRECIO...QUE SE LE PUEDA PONER...
gotitas de vivencia...
Solo los que no tienen hijos aun, no pueden conocer el precio que tiene un hijo, cuando hablas de precio, no se refiere a un precio traducido a dinero, se refiere a el precio que se paga para ser padres, para traerlos a un mundo distinto al de estar dentro de un vientre... cuando nacen a partir de ahi es cuando se empieza a pagar el precio, pero solo lo pagan aquellos que verdaderamente están dispuestos a criar personas distintas...dicen por ahí que no es solo padre el que engendra sino el que cria, yo diría esto...criar un hijo implica pagar un precio el cual es primero renunciar a la propia comodidad,a uno mismo, para volcarse a entregarse en todos los sentidos: amor, afecto, cuidados, paciencia, aprender, en lo económico, en saber cuando hay que dar tiempo, cuando hay que entregar más de lo necesario, etc...el ser padres no termina nunca, es una de las cosas que acaba solo cuando mueres...por eso no tiene precio todo lo que puedas hacer...y nadie por mas que le puedas pagar para que cuide tus hijos, puede llenar el valor que tu llenas con el hecho de estar junto a ellos...la enseñanza a tu lado, tu eres el complemento de la enseñanza fuera de la casa...ambas se conjugan...cual es el precio de todo eso...y creo que sabemos la respuesta no lo hay...si nosotros siendo imperfectos, llenos de errores, podemos decir que hemos pagado un precio como padres...cuanto no nos ha amado Jesús al enviar a su hijo el único hijo de Dios para que pagara el precio de nuestra salvación eterna...el precio de su muerte fue nuestra vida...ese es el único precio que tiene nombre y se llama: "tu"...nosotros...somos el precio por el cual Dios pagó con su hijo a través de su sangre, con su muerte, con su obediencia...todo el amor y cuidados que nos da nuestro Padre Dios...y si hay un precio que se le puede poner: y ese precio eres tu...nunca, permitas que alguien te diga que no tienes ningún valor, porque si lo vales, si eres, somos, muestra del amor eterno de Dios para nosotros...
...por
...Cristina Hidalgo de Marroquín
gotitas de vivencia...
Solo los que no tienen hijos aun, no pueden conocer el precio que tiene un hijo, cuando hablas de precio, no se refiere a un precio traducido a dinero, se refiere a el precio que se paga para ser padres, para traerlos a un mundo distinto al de estar dentro de un vientre... cuando nacen a partir de ahi es cuando se empieza a pagar el precio, pero solo lo pagan aquellos que verdaderamente están dispuestos a criar personas distintas...dicen por ahí que no es solo padre el que engendra sino el que cria, yo diría esto...criar un hijo implica pagar un precio el cual es primero renunciar a la propia comodidad,a uno mismo, para volcarse a entregarse en todos los sentidos: amor, afecto, cuidados, paciencia, aprender, en lo económico, en saber cuando hay que dar tiempo, cuando hay que entregar más de lo necesario, etc...el ser padres no termina nunca, es una de las cosas que acaba solo cuando mueres...por eso no tiene precio todo lo que puedas hacer...y nadie por mas que le puedas pagar para que cuide tus hijos, puede llenar el valor que tu llenas con el hecho de estar junto a ellos...la enseñanza a tu lado, tu eres el complemento de la enseñanza fuera de la casa...ambas se conjugan...cual es el precio de todo eso...y creo que sabemos la respuesta no lo hay...si nosotros siendo imperfectos, llenos de errores, podemos decir que hemos pagado un precio como padres...cuanto no nos ha amado Jesús al enviar a su hijo el único hijo de Dios para que pagara el precio de nuestra salvación eterna...el precio de su muerte fue nuestra vida...ese es el único precio que tiene nombre y se llama: "tu"...nosotros...somos el precio por el cual Dios pagó con su hijo a través de su sangre, con su muerte, con su obediencia...todo el amor y cuidados que nos da nuestro Padre Dios...y si hay un precio que se le puede poner: y ese precio eres tu...nunca, permitas que alguien te diga que no tienes ningún valor, porque si lo vales, si eres, somos, muestra del amor eterno de Dios para nosotros...
...por
...Cristina Hidalgo de Marroquín
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