El Valor que tenemos delante de Dios...

gotitas de vivencia...

Hace unos días circulo una noticia en la red que se desprendía de un anuncio publicado en e-bay en donde Lori N ponía en venta su alma por el precio de 2000 dólares...la noticia sonaba a burla, a broma, a que alguien buscaba llamar la atención, sonaba a algo imposible de creer, aunque hoy día...que podemos decir puede ser dificil de creer entre lo raro y extraño que día con día pasa...

Así explicaba la noticia que hacía cinco años esta mujer tenía una vida nada fuera de lo normal como escritora pero al tener un accidente automovilístico su vida habia cambiado y se encontraba deprimida, cito textualmente: " Estoy muy deprimida, en un punto muy bajo de mi vida", declaró Lori. "Ya no me siento bien, y creo que estoy cerca del final", concluyó  y es que estuvo en coma tres semanas, sufrió un derrame cerebral, y cuando se despertó, tenía fracturas de cadera, piernas, clavícula, costillas y un pulmón colapsado y por si fuera poco, perdió uno de sus pechos...

Se dice que la noticia pronto fue retirada de e-bay, las razones de poner en venta su alma a tan bajo precio no lo sé, en efecto todo lo que comentaba el artículo se oía mal y aparentemente estaba tan deprimida de su estado actual que decidió darse ese valor, con el morbo muchos comentaron lo sucedido hace uno mes a lo sumo quizá...

Pero cabe resaltar una cosa, justo hace un poco más de dos mil años, Jesús dió su vida pagando el precio de la nuestra, la pagó al más alto precio el suyo por nuestra vida eterna para todo aquel que en el creyera no se perdiese sino que tenga vida eterna...

Si bien muchas veces podemos estar ante situaciones tan dificiles como las de la señora antes citada, pero eso no implica que el valor que tengamos sea tal, nada puede quitarnos el valor que Jesús nos dió ya y solo aquel que no le conoce en verdad y no lo ha hecho su Señor puede valorarse a tan bajo precio...

El valor que tenemos no lo puede comprar nadie, no lo paga ningún estilo de vida, no se cambia por el dinero más grande, por las joyas más costosas, por el trabajo mejor pagado, tampoco está en venta por cambiar mis convicciones que tengo en Dios, el valor que tengo en mi alma en mi espíritu...no lo puede pagar nadie pues fue pagado por Jesucristo en la Cruz del Calvario y el decidió el precio, yo acepté que me comprara...

Pueda que muchas veces las situaciones adversas de la vida pongan a una persona en una posición dificil y le hagan pensar que no existe salida, que no hay valor en su vida, que ya no tiene nada que valga la pena ni el porque seguir luchando, pueda que la descepción de personas, de amigos, de líderes de alguien en quien confiaste y esperaste te haga pensar que no vale la pena continuar ni luchar...pero no trabajas, vives o luchas por persona alguna...vives y trabajas para Dios porque das gloria a El con lo que haces si es digno ante sus ojos...

Cuando hablas del Señor te buscas enemigos, críticas, te sacas las palabras de aquellos que conocen ese algo que ya Jesús ni se acuerda pues precisamente limpió hace más de dos mil años, pueda que un error, una enfermedad, una falta de algo te ponga en una posición de dudar y no seguir...

Yo te digo...no importa eso, sigue luchando y mientras Dios te permita vivir...sigue confiando que tu valor es el que Dios ha decidido que  vales, que tu eres lo que el quiere que seas...que los propósitos de vida que el tiene para ti son reales, que tu valor no lo puede pagar nadie...solo el...y que nada te haga sentir menos que eso...porque si Jesús habita en tí no hay cabida a estar triste, porque puede estar tu cuerpo enfermo, pueda haber todo tipo de cosas adversas pero el interior en el cual habita Jesús es iluminado día con día por la Gloria de Dios y esa se refleja y es transmitida a otros...

Si! el valor que tenemos no lo puede pagar nadie, pueda que alguna vez tu reputación pudo ser otra, puede que ya no tienes las mismas habilidade, la edad es tan obvia, perdiste algo, tu rostro ha cambiado mucho al verte en el espejo...pero el valor que tienes no cambia porque el que habita en ti es el mismo de ayer, es el mismo hoy y lo seguirá siendo por siempre ese valor te lo da Jesucristo...

...por

        ...Cristina Hidalgo de Marroquín