TE CUENTO UNA HISTORIA... gotitas de vivencia... Cierto día un hombre se encontraba admirándose en el espejo, se decía para si lo guapo, inteligente, exitoso y todo lo bueno que tenía...estaba tan seguro de si mismo que pensaba que todo lo que decía se hacia como hablaba, poco a poco empezó a llenarse de vanidad extrema, de un sentido negativo de pensar bien para si, pues llego a ser todo un ególatra... Miraba a los demás con desprecio porque aparentemente no les iba tan bien como le iba a el, pensaba que si estaban enfermos o tenían problemas era porque no creían lo suficiente...¿como es posible si usted cree tiene que vivir mejor? no ser un fracasado le decía a otros, esto llevaba a herir constantemente a todos los que estaban a su alrededor... Sin pensarlo nadie entendía como aquel hombre poco compasivo, que vivía una vida en rebelión completa, con pensamientos impuros, que visitaba la iglesia los domingos a las seis fielmente pero que vivía una vida alejada de lo que Dios pide, podía tener casi todo lo que quería, solo le veía algo a alguna persona y si le gustaba lo tenia para si, encima era envidioso, y le deseaba el mal a alguien que no se le postraba a decirle lo guapo, inteligente y que tenia una casa perfecta... Cierto día un Señor se preguntaba como este sujeto tan vanidoso le podían salir las cosas tan bien, le pregunto a Dios como aquel hombre podía resultarle todo tan fácil, el había orado por años por algo que aquel hombre solo le vio unos meses y se lo regalaron de inmediato...¡Como Dios es posible esto!, tu sabes que no te reclamo, pero sera que esto es posible?, acaso tengo que ser malo, egoísta, vivir en contra de las reglas para que me vaya mejor?, acaso tengo que hacer el mal para que me vaya bien... Yo he orado decía el hombre que miraba al que le hiba todo bien, me visto correctamente, trato de orar, voy a la iglesia e intento cumplir lo que ahí me dicen que haga? te he servido todos estos años, a cambio, tengo que orar por años, esperar bastante y sufrir muchos problemas para poder lograr las cosas...¿como es esto posible? ¿acaso tu amas más a los que se portan mal? y bendices mas a los que te hacen sufrir?... La historia anterior puede ser el reflejo de cualquiera, es real, fue tomada de un caso que recientemente vi muy de cerca, pero me hace pensar en algo, a Dios no le importa la condición de las personas, el da a quien quiere, como quiere y cuando quiere...no podemos estar como fariseos creyendo que somos tan merecedores de las gracias de Dios por lo que hacemos o por lo "buenos" que creemos ser... Dios es quien al final conoce los corazones y eso es lo que al final pesa...a el no le importa el exterior del hombre, y muchas veces no podemos entender porque pasan cosas en la vida a personas aparentemente buenas y las que no lo son tanto tienen una vida aparentemente mil veces mas tranquila... Pero saben algo, esto no es así...es porque el que se cree tan bueno, tan puro, tan cumplidor de normas se cree que por eso no necesitara nunca pedir nada a Dios pues ya se lo ganó...pero muchas veces aquel que aparentemente es tan malo, egoísta, se burla de los demás quizá en su manera tan sin gracia como diríamos muchos le dice a Dios dame esto, te pido éxito en esto, y Dios como padre que ama a todos se lo da...porque Dios no es como nosotros que vemos las acciones, Dios mira los planes que ha depositado en nuestros corazones... Por supuesto que esto no es una regla, hay personas fieles a Dios que se mantienen firmes, obedecen y viven en el éxito más absoluto que puede haber, pero hay algunas excepciones a esa regla y de esas son las que hoy estoy hablando... Cuando te sientas tan fiel, cumplidor y seguro de merecer las gracias de Dios, es cuando más debes ponerte a revisar tu vida, y morir, morir cada día para que el pueda vivir...así cuando te rindes y mueres, es el quien hace las cosas... Y ya no hay cabida para el fracaso, serás doblemente bendecido porque harás su voluntad y vivirás en plenitud en todo lo que haces...pero no creas que portándote mal lograrás obtener cualquier cosa en la vida...si conoces de el, no tienes pretexto para retroceder, sino para ser mejor y actuar de una forma distinta... ...por ...Cristina Hidalgo de Marroquin |
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